En una sesión extraordinaria del Parlamento celebrada este jueves en Bagdad, capital iraquí, Al-Kazemi ha explicado que uno de sus deberes más importantes es impedir que su país siga siendo un lugar de ajuste de cuentas y para lanzar agresiones contra los demás.
“Rechazamos que el suelo iraquí se haya convertido en un sitio para agredir a los demás países. No lo permitiremos”, ha aseverado el nuevo premier, quien fuera exjefe de Inteligencia.
Las declaraciones de Al-Kazemi se han producido en medio de constantes llamados de políticos y parlamentarios para expulsar a todos los estadounidenses, entre diplomáticos y militares, de Irak, bajo el argumento de que la presencia ilegal de EE.UU. es un obstáculo para la paz y la estabilidad no solo del país sino de la región.
En la cita parlamentaria, Al-Kazemi también ha presentado el programa de su gobierno de transición para el próximo año y ha asegurado que no pretende aumentar el plazo de transición, por lo que se encargará de llevar a cabo unas elecciones “sanas”.
Sin embargo, el primer ministro iraquí ha condicionado la celebración de las anticipadas elecciones generales a la implementación de la soberanía nacional, tal y como se estipula en la Constitución.
Al respecto, el presidente de Irak, Barham Saleh, ha informado que el Ejecutivo trabaja en la elaboración de una nueva ley electoral más justa e integral y ha expresado su confianza en que se alcance un consenso político para celebrar los comicios anticipados.
El Parlamento iraquí aprobó el miércoles la designación de Al-Kazemi, de 53 años, como nuevo primer ministro del país. Los 266 legisladores iraquíes presentes en la asamblea también dieron luz verde a 15 de los ministros nominados por el flamante premier.
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