Este sábado en la capital de Austria, el deportista de 42 años se metió en una cabina llena de cubos de hielo hasta la altura de su barbilla, y permaneció allí por 2 horas, 8 minutos y 47 segundos, rompiendo así el récord mundial.
El exitoso intento tuvo lugar frente a la estación de tren más grande de la ciudad. El atleta dijo después que fácilmente podría haberse quedado un poco más. “No pensé que iría tan bien. Me siento muy bien, todo está bien”.
De esta manera, superó el registro anterior que era de 1 hora, 53 minutos y 10 segundos que la ostentaba el chino Jin Songhao.


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