Unas 2000 personas han desafiado la prohibición de unirse a una manifestación en el centro de París (capital francesa) en homenaje a Adama Traore, un joven afrodescendiente de 24 años que murió bajo custodia policial en 2016.
Siete años después de su muerte, su hermana, Assa Traoré, había planeado encabezar una marcha conmemorativa anual al norte de París en Persan y Beaumont-sur-Oise, para así protestar contra la brutalidad policial y la discriminación racial en el país galo, pero autoridades locales prohibieron la congregación. Sin embargo, los miembros de la asociación Justicia para Adama han hecho caso omiso a la orden y se han congregado en la céntrica Plaza La República.
De acuerdo a la cadena privada local BFM TV, se han registrado varios incidentes al final del acto. La prefectura de policía de París ha confirmado dos detenciones, una de ellas la de Youssuf Traoré, hermano de Adama y de Issa, por “violencia” contra los agentes. Varios periodistas han acusado a las fuerzas de seguridad de golpearlos y destruir el material mientras captaban el momento de estos arrestos. Aparte, la prefectura también ha iniciado “un procedimiento judicial” contra la organizadora de la concentración, Issa Traoré, por presunto delito de “manifestación no declarada”, ya que la movilización no había sido autorizada por las autoridades pertinentes.
Además, algunos participantes en la manifestación han sido multados con 135 euros (148 dólares) por tomar parte en la marcha que había sido cancelada por la policía parisina, justificando que existía un “contexto de tensiones”.
La población manifestante además fue dispersada por la policía de la plaza, enviando a varios cientos de personas hacia el amplio bulevar Magenta, donde se les vio marchar pacíficamente.
Esta marcha se ha desarrollado en momentos en que Francia vive jornadas de masivas protestas por el asesinato de Nahel Merzouk, un joven de 17 años que fue baleado por un agente de policía en una parada de tráfico el pasado 27 de junio.
De hecho, las imágenes del racismo policial contra Nahel, grabadas por testigos, desataron una fuerte indignación en el país, lo que degeneró en un levantamiento popular, sobre todo en los barrios importantes de las grandes ciudades y en el cinturón metropolitano de París.
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