Las palabras del presidente francés, Emmanuel Macron, resumen dos días de negociaciones tensas de los líderes europeos que terminaron sin un acuerdo para repartir los altos cargos. Una lucha que incluso el acuerdo logrado entre Alemania, Francia, Holanda y España no pudo parar.
El compromiso de Osaka, firmado en Japón entre líderes de los países mencionados, tras el fracaso de junio en repartir los cargos, quería dar la Presidencia de la Comisión Europea (CE) al socialdemócrata holandés, Frans Timmermans, y la del Parlamento Europeo (PE) al centroderechista alemán del Partido Popular Europeo (PPE), el alemán Manfred Weber. Además la jefatura del Consejo Europeo (CE) sería para un liberal. España dice que el nuevo fracaso fue por intereses personales.
La canciller alemana, Angela Merkel, que ha aceptado el compromiso de Osaka y abandonó su apoyo a Weber, por quejas de Francia sobre su falta de experiencia, instó a las partes a lograr un consenso este martes.
Los nuevos partidos y gobiernos que son nacionalistas y derechistas dicen que no quieren seguir el modelo antiguo de reparto de cargos conocido como el “Spitzenkandidat” (candidato principal, en alemán), es decir que los candidatos que lideran las listas de los partidos más votados. Estos son liderados por el bloque del Este, Italia, Hungría y Polonia.
La razón principal de la disputa es la falta de mayoría, debido a resultados de las elecciones de mayo. Además, con la emergencia de nuevas formaciones, hay una división entre los 28 países miembros sobre los candidatos existentes. De tal modo el círculo vicioso continuará e incluso habrá la posibilidad de que el presidente de la CE sea un forastero.
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