“En este momento decimos que se trata de un accidente, todo lo demás sería una especulación”, ha afirmado la vicepresidenta para Europa del grupo Lufthansa, Heike Birlenbach, en una rueda de prensa en el aeropuerto barcelonés de El Prat.
También, el director del grupo aéreo de Lufthansa, Carsten Spohr, reiterando en la misma jornada desde la terminal aérea de Fráncfort que "el avión era técnicamente irreprochable y los dos pilotos, experimentados", ha añadido que el accidente sigue siendo inexplicable para la compañía.
Por otra parte, el canciller francés, Laurent Fabius, ha declarado en una rueda de prensa que las víctimas del vuelo que cubría la ruta entre Barcelona y Dusseldorf proceden de unos quince países, de acuerdo con la lista provisional.
Según los informes, hasta el momento, se han identificado 72 alemanes y 49 españoles, además de ciudadanos de Argentina, Australia, Bélgica, Colombia, Dinamarca, el Reino Unido, Japón, Marruecos, México y Holanda, entre otros.
Según los testigos que han visitado el lugar, los restos del avión se encuentran esparcidos por un radio de 500 metros y, a pesar de que todos los accesos hacia el lugar han sido bloqueados por la gendarmería, es muy difícil hallar los restos por la irregularidad de la superficie y el tamaño al que, prácticamente, se ha reducido el avión.
El guía de alta montaña, Jean-Louis Bietrix, que se acercó al límite de la zona, ha informado que el avión está verdaderamente hecho pedazos. “Han quedado pequeños trozos blancos que no se asemejan a nada. Los dos pedazos más grandes tienen apenas el tamaño de la mitad de un auto. Hay que saber que es un avión que se estrelló para darse cuenta”, ha contado.
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