El vicepresidente del LSNS, fundado en 2010, ha atribuido el éxito de su formación al hastío que provocan los partidos políticos “estándar” que “durante décadas han destruido Eslovaquia y sirven a intereses extranjeros dictados desde Bruselas y Washington”.
El partido combina el nacionalismo chovinista con el clericalismo católico, la islamofobia, el racismo antigitano, el antinmigracionismo y la oposición tanto a la Unión Europea (UE) —en la que Eslovaquia se integró en 2004— como a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
En el primer puesto se sitúa, con el 27,3 % de los votos, el partido Dirección-Socialdemocracia (49 escaños), del premier saliente izquierdista Robert Fico, también antinmigracionista y socialmente conservador, que deberá aliarse con la derecha liberal de Libertad y Solidaridad (21) para poder formar Gobierno.
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