“El Gobierno condena los ataques contra los símbolos que representan al conjunto de los españoles, a la democracia que los ampara y a la convivencia que comparten”, declaró el Gobierno conservador de Mariano Rajoy en un comunicado.
El Gobierno condena los ataques contra los símbolos que representan al conjunto de los españoles, a la democracia que los ampara y a la convivencia que comparten”, declaró el Gobierno conservador de Mariano Rajoy.
Además consideró “falta de respeto para ese deporte” y todos los españoles, aprovechar ese encuentro deportivo para escenificar una protesta de carácter político.
“Quienes promueven y participan de actuaciones como ésta pretenden hacer pagar las consecuencias de su proceder a los aficionados al deporte y al conjunto de los ciudadanos, a quienes no demuestran la más mínima consideración. En todo caso, la intolerancia de algunos no debe poner en riesgo la convivencia de todos”, reza el comunicado.
Por lo tanto, el Ejecutivo español convocó inmediatamente para el lunes a la Comisión Estatal contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte, con el fin de investigar los hechos del himno.
Es la tercera pitada que recibe el rey Felipe VI. En las finales de 2009 en Valencia y 2012 en Madrid, también entre Barcelona y Athletic de Bilbao, la pitada del himno español había causado una importante polémica en el país aunque en esa ocasión no acarreó sanciones.
Esto se produce mientras que el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, envió al presidente del Fútbol Club Barcelona, Josep María Bartomeu, un telegrama de felicitación por el triunfo del club catalán en la final de la Copa del Rey de fútbol.
Esa nueva pitada ocurrió en medio de las tensiones nacionalistas en Cataluña y el País Vasco que buscan su independencia de España.
El pasado mes de abril el Gobierno español anunció que recurrirá ante el Tribunal Constitucional cualquier declaración unilateral de soberanía por parte de Cataluña.
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