El próximo 8 de junio el Reino Unido celebrará elecciones generales ante la sorpresa de todo el país. El anuncio de este martes de la primera ministra Theresa May desde el número 10 de Downing Street, donde se encuentra la residencia y la oficina de la primera ministra británica, deberá aun pasar por un voto parlamentario con mayoría de dos tercios este miércoles.
May, quien en repetidas ocasiones rechazó la idea de elecciones anticipadas, considera que el país necesita certeza y estabilidad. Pero desde las filas conservadoras saben que lo que May necesita es la legitimidad del voto a la hora de liderar el país durante las negociaciones con la Unión Europea (UE) y con el resto del mundo.
Theresa May da la campanada al anunciar por sorpresa nuevas elecciones generales en un momento en el que los conservadores lideran las encuestas y los laboristas andan dando tumbos con una crisis de liderazgo. Los electores tienen en su mano el futuro del Reino Unido y de su relación con la UE.
Los laboristas, optimistas, pese a ir 20 puntos por detrás en las encuestas, usarán su modelo de ‘brexit’ y las políticas sociales como herramienta para ganar votos.
Liberales demócratas y los independentistas del Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP) lucharán por aumentar su representación en la Cámara, los primeros para empujar por un país cercano a la Unión Europea, podrían ser los aliados naturales de los laboristas, y también enemigos, al perseguir el voto anti-brexit.
El UKIP por su parte, ha perdido su razón de ser tras la victoria del ‘Sí en el referéndum del ‘brexit’ y desde Escocia, el Partido Nacional Escocés (SNP) ve otro motivo más para convocar un referéndum de independencia.
Ian Díez, Londres.
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