El viernes, el líder del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) cayó mártir, junto a otros comandantes del grupo, en un ataque aéreo que llevó a cabo el régimen sionista contra un barrio, en el sur de Beirut, capital de El Líbano. El siniestro también dejó decenas de civiles muertos.
Sleiman Frangieh, líder del partido político cristiano Marada en El Líbano y candidato favorito de Hezbolá para la presidencia, ha lamentado la muerte de Nasralá en un mensaje en la red social X. “Se ha ido el símbolo, nace la leyenda, y la resistencia continúa”, ha escrito.
Por su parte, el e presidente libanés Michel Aoun, un cristiano y fundador del partido Movimiento Patriótico Libre, que está aliado con Hezbolá, ha publicado una declaración más extensa alabando a Nasralá como un mártir por el país.
Aoun ha advertido de los “peligros” que El Líbano está “presenciando como resultado de la agresión israelí en curso”, pidiendo unidad nacional.
De igual modo, Firas Maksad, un libanés-estadounidense y director senior de divulgación estratégica en el Instituto de Medio Oriente, también dijo a Newsweek que el asesinato de Nasralá “deja un gran vacío” en el sistema del Gobierno de El Líbano.
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