El mandatario ha indicado que, en el caso de que sigan las amenazas a la estabilidad del país, exhortará a la nación egipcia a que le de “otro mandato, porque habrá otras medidas contra cualquiera que crea que puede meterse con la seguridad (del país)… Solo le temo a Dios”, ha advertido.
Si bien el jefe de Estado no ha hablado directamente de los opositores, realiza estas declaraciones apenas unos días después de que cinco destacadas figuras de la oposición egipcia llamaran a boicotear las presidenciales, previstas para marzo.
Los dirigentes opositores, entre ellos un excandidato presidencial y dos colaboradores de campaña del aspirante presidencial Sami Anan, llamaron al boicot el domingo, a la vez que denunciaban la represión ejercida por el Gobierno de Al-Sisi contra sus contrincantes, que en su mayoría han sido arrestados u obligados a abandonar el país.
Lo que ocurrió hace siete u ocho años no volverá a repetirse (…) Parece que no me conocen lo suficiente (…) El precio de la seguridad de Egipto es mi vida y la vida del Ejército”, advierte el presidente de Egipto, Abdel Fatah al-Sisi.
En otra parte de sus afirmaciones, el dignatario ha evocado el derrocamiento del dictador egipcio Hosni Mubarak en 2011. “Lo que ocurrió hace siete u ocho años no volverá a repetirse (…) Parece que no me conocen lo suficiente (…) El precio de la seguridad de Egipto es mi vida y la vida del Ejército”, ha sentenciado.
La oposición acusa a Al-Sisi de eliminar a sus rivales para permanecer en poder sin dificultades, y ha llamado a los egipcios a no reconocer los resultados electorales, en caso de que se celebren los comicios.
El Gobierno egipcio ha adoptado extensas y expeditivas medidas contra sus adversarios, los Hermanos Musulmanes (HHMM) —con el expresidente Mohamad Mursi a la cabeza— y otros opositores, dejando en el camino cientos de muertos y las cárceles llenas.
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