Las imágenes que arden en la furia de miles no son simples papeles: son efigies que representan a quienes intentan arrebatar la soberanía y la independencia de países como Brasil. En al menos doce ciudades brasileñas, cientos de estudiantes, profesores y movimientos sociales se han unido para alzar su voz en defensa de la soberanía nacional, rechazando de manera firme el arancel adicional del 50 % impuesto por el presidente de Estados Unidos (EE. UU.), Donald Trump, contra el país.
Los manifestantes sostienen que el pueblo brasileño debe defender y preservar la integridad del país frente a cualquier injerencia extranjera.
La marcha también condena las sanciones impuestas por la Casa Blanca contra los magistrados del Supremo Tribunal Federal, especialmente contra el juez Alexandre de Moraes, encargado del proceso por golpismo contra el expresidente Jair Bolsonaro y sus aliados.
Las movilizaciones ocurren en un momento crucial, marcado por la creciente unidad de diversos sectores en defensa de la soberanía nacional y en respaldo a la gestión del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien ha anunciado medidas coercitivas contra Trump en respuesta a las tarifas impuestas. Los manifestantes aseguran que no permitirán que el imperialismo estadounidense dicte la política de este país sudamericano. Afirman que nada ni nadie debe obstaculizar la protección de sus recursos, desde los bosques hasta su independencia. Con voz firme, corean una sola consigna: Brasil pertenece a los brasileños.
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