El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, informó el lunes, a través de su cuenta de Twitter, la imposición de sanciones a la agencia gubernamental turca encargada de las compras de armas y a la Presidencia del Departamento de la Industria de Defensa, así como a otros individuos, por haber adquirido el sistema de defensa aéreo ruso S-400.
“A pesar de nuestras advertencias, Turquía siguió adelante con la compra y prueba del sistema S-400 de Rusia. Las sanciones impuestas hoy contra SSB (el Departamento de la Industria de Defensa de turco) demuestran que Estados Unidos hará cumplir la ley CAATSA (la ley estadounidense para contrarrestar a adversarios a través de imponer embargos)”, declaró Pompeo.
Según un comunicado del Departamento estadounidense de Estado, estas sanciones prohíben todo permiso de exportación de armas de Washington a Ankara y sancionan financieramente al jefe turco del Departamento de la Industria de Defensa, Ismail Demir, junto con otros directivos.
La misma jornada, el Gobierno turco condenó y rechazó la imposición de las mencionadas sanciones unilaterales por parte de la Administración del presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, y advirtió de que responderá, si EE.UU. no cambia su decisión.
“Invitamos a Estados Unidos a revisar esta decisión injusta de sanciones (...) y reafirmamos nuestra disposición a tratar la cuestión por la vía del diálogo y la diplomacia, de conformidad con el espíritu de la alianza”, comunicó el Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía en un comunicado.
A su vez, Rusia tachó de “ilegitimas” dichas sanciones. El canciller ruso, Serguéi Lavrov, describió los recientes embargos de la Casa Blanca contra Turquía como una actitud arrogante hacia el derecho internacional y una nueva manifestación de las medidas coercitivas unilaterales e ilegítimas por parte de Washington.
“Esto no añade a la autoridad de Estados Unidos en la escena internacional como participante responsable (...) incluso en el ámbito de la cooperación militar-técnica”, alertó Lavrov.
Desde 2018, EE.UU. ha presentado una serie de proyectos de ley con el propósito de presionar a Turquía a que cancele la compra de misiles rusos. Una de las medidas de Washington ha sido amenazar a Ankara con dejar de suministrarle aviones de combate F-35, a pesar de los costos adicionales para el programa y los contribuyentes estadounidenses.
No obstante, Moscú y Ankara finalizaron, en diciembre de 2017, un acuerdo sobre la entrega de los S-400 y Rusia concretó en julio del 2019 el envío del primer lote del sistema de defensa S-400 a Turquía.
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