“Si no se aclara, haremos algo muy fuerte”, ha sostenido este viernes el mandatario estadounidense, Donald Trump, sobre las protestas que vive el país debido al asesinato del afroestadounidense, George Floyd a manos de un policía blanco.
El jueves, Trump volvió a llamar a los manifestantes “terroristas” y advirtió que está listo para enviar tropas de la Guardia Nacional para enfrentar los disturbios que vive el país aun después de casi tres meses de su inicio.
“No tenemos otra opción”, ha dicho, porque “los extremistas de izquierda han extendido el caos por las calles de diferentes ciudades" estadounidenses, en especial Portland (Oregón, noroeste de EE.UU.).
En los últimos meses, Trump se ha dirigido a alcaldes en ciudades demócratas y ha afirmado que las protestas y la violencia son el resultado de su mala administración, ignorando que muchos siguen protestando por la muerte de afroestadounidenses a un ritmo mayor a manos de la policía.
El presidente estadounidense ha alegado que los manifestantes son “radicales” que están provocando problemas a propósito, incluso lanzando “latas de sopa” y otros proyectiles al personal policial.
Justificando que los funcionarios locales habían “perdido el control de los anarquistas y agitadores”, Trump envió más tropas a Portland para aplastar las protestas.
El pasado miércoles, el Gobierno de Trump aceptó, tras semanas de disturbios, retirar las fuerzas federales que envió a Portland, sin embargo, solo unas horas después de que la gobernadora de Oregón, Kate Brown, anunciara el acuerdo, los agentes de policía reprimieron brutalmente a los manifestantes en dicha ciudad con gases lacrimógenos y bolas de pimienta.
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