El embajador estadounidense ante Israel, David Friedman, secundando la posición de la Casa Blanca sobre la anexión por parte del régimen israelí de la región palestina de Cisjordania, señala que “una anexión unilateral” y apresurada podría poner en peligro el plan de paz de EE.UU.
“Como hemos declarado anteriormente, la aplicación de la ley israelí sobre el territorio que, según estipula el plan, será parte de Israel, deberá esperar a que el comité conjunto israelí-estadounidense complete el proceso de mapeo [...] Cualquier acto unilateral previo pondrá en peligro el plan y el reconocimiento estadounidense”, precisó el embajador, según cita el periódico The Times of Israel.
No obstante, Friedman, el 28 de enero, el mismo día en que el presidente de EE.UU., Donald Trump, presentó el llamado acuerdo de paz, conocido como el “acuerdo del siglo, defendió que Israel no tenía que esperar para anexionarse la Cisjordania ocupada.
“El período de espera sería el tiempo que les llevaría obtener las aprobaciones internas y crear obviamente la documentación, la calibración, la cartografía, que nos permitiría evaluarla, asegurarse de que es coherente con el mapa conceptual [...] Si desean aplicar la ley israelí a las zonas asignadas a Israel, lo reconoceremos”, precisó Friedman.
Al poco de dichas declaraciones, Jared Kushner, yerno y asesor principal de Trump, precisó que Washington no apoyaría la anexión antes de las elecciones parlamentarias del próximo 2 de marzo.
El llamado “plan de paz” para la región Asia Occidental, según Friedman, es el fruto de tres años de trabajo entre Trump y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y sus respectivas delegaciones de alto nivel.
El diplomático pidió a los israelíes que esperaran para anexionarse Cisjordania, un día después de que los parlamentarios árabes rechazaran “el rostro feo de la ocupación” y cualquier intento para normalizar los lazos con Israel, incluyendo el llamado “acuerdo del siglo”.
El futuro Estado palestino, previsto en el llamado plan de paz, sería un conjunto de ciudades rodeadas completamente por Israel, un Estado desmilitarizado, sin ninguna frontera con el exterior ni control sobre su espacio aéreo.
Tampoco contaría con bases geográficas para sostener una economía viable, ni con libertad de movimiento, ni prerrogativas para presentar denuncias contra Israel o EE.UU. ante las organizaciones internacionales. En general, como se ha visto, ignora todos los derechos de los palestinos, incluyendo el derecho de los desplazados al retorno y la formación de un Estado con Al-Quds como capital.
El “acuerdo del siglo” ha provocado condenas y rechazos a nivel internacional, incluso entre los propios judíos y estadounidenses.
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