El Senado de Estados Unidos celebró la primera sesión del juicio político al presidente Donald Trump. Tras horas de intenso debate, los republicanos parecen haberle dado el primer apoyo real a Trump.
Según la “hoja de ruta” redactada por el líder de la mayoría republicana en el senado, Mitch McConnell, la defensa de Trump y la acusación tendrán 24 horas, divididas en tres días, para exponer sus argumentos.
Los senadores, que ejercen de jurado, podrán interrogar por un máximo de 16 horas. Después, defensa y acusación tendrán cuatro horas para indicar sus posiciones.
A continuación, los senadores se retirarán a deliberar, y después votarán por separado los dos artículos del impeachment: abuso de poder y obstrucción al Congreso. Sin embargo, hubo un fuerte choque sobre las normas.
Los republicanos le dieron el primer apoyo real a Trump, rechazaron la petición de la parte acusadora de más testigos y pruebas.
11 enmiendas demócratas, que buscaban garantizar la citación de testigos y la aportación de documentos, pedían como testigos al jefe interino de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, y a uno de sus asesores, Robert Blair; al director asociado de la Oficina de Presupuesto para programas de seguridad nacional, Michael Duffey; y al exasesor de Seguridad Nacional, John Bolton.
Mientras, a miles de kilómetros de distancia, Trump aprovechaba el sol de los Alpes en Suiza, donde se centró en presumir de la economía estadounidense. Se limitó a recordar que ve el impeachment como una farsa.
El juicio podría terminar en dos semanas, o podría extenderse mucho más, dependiendo del tiempo que utilice cada parte y cuánta evidencia adicional los senadores decidan revisar.
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