El calvario de Regina Silva, una mujer indocumentada, empezó hace meses. Primero, le deportaron al esposo. Las autoridades lo regresaron tras una orden judicial y luego, increíblemente, lo deportaron de nuevo.
Así esta ciudadana estadounidense pasó casi un mes en huelga interminable. Luego, siguieron traslados, cortes, abogados y todo ello, para quedar en nada.
Para el presidente estadounidense, Donald Trump, el mejor y único inmigrante es el de raza blanca. Esto según sus propias declaraciones. Es así que la pugna por una reforma migratoria integral pasó de ser un objetivo real a un inevitable enfrentamiento entre juegos de burocracia e interpretaciones de la Constitución.
En fecha reciente la Administración de Trump sufrió un revés en cuanto a su política migratoria en sus intentos de eliminar el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) para los ‘dreamers’. Sin embargo, el veto migratorio, así como las separaciones familiares continúan causando daños irreparables a las comunidades.
Marcelo Sánchez, Miami.
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