• Centro de Operaciones Cibernéticas de la Universidad Carnegie Mellon (CMU, en inglés) en la instalación del Ejército estadounidense Fort Gordon.
Publicada: martes, 25 de abril de 2017 23:23
Actualizada: miércoles, 26 de abril de 2017 2:03

La Fuerza Aérea de EE.UU. ha invertido en el último mes millones de dólares para reforzar el poder ofensivo cibernético estadounidense.

Las empresas estadounidenses Raytheon, Northrop Grunman y Booz Allen Hamilton —los contratistas militares más grandes de EE.UU.— han visto cómo sus precios suben del 10 al 20 por ciento desde las elecciones presidenciales celebradas en el país norteamericano en noviembre de 2016, dice el informe publicado este martes por el portal Cyberscoop.

El informe recuerda, de hecho, las promesas electorales del presidente estadounidense, Donald Trump, para aumentar el gasto con el fin de controlar el espacio cibernético.

En febrero, en el marco del proyecto del presupuesto federal estadounidense del año fiscal 2017, que comienza el 1 de octubre, Trump propuso dotar al Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono) con 54 000 millones de dólares extras para gastos de defensa, con lo que se convierte en el presupuesto de defensa más elevado del mundo y hace más fuerte al Ejército estadounidense.

De acuerdo con el reporte, “las armas cibernéticas” son de suma importancia, por lo que “muchos fabricantes de armas del mundo “están expandiendo sus actividades hacia la ciberseguridad ofensiva y defensiva”.

 

La empresa Raytheon construirá el nuevo puesto de operación del Comando Cibernético y el Sistema de Misión de Control (C3MS) —en la base aérea de Lackland en San Antonio— después de haber ganado la semana pasada un contrato de 8,5 millones de dólares. Mencionar que el sistema C3MS está diseñado para extender el "alcance, el poder y la vigilancia global" de la Fuerza Aérea de EE.UU. en el espacio cibernético.

Por su parte, la empresa Northrop Grumman ha ganado a principios de este mes un contrato de 9,4 millones de dólares para “desarrollar aun más la Plataforma de la Misión Cibernética (CMP)”, que desarrolla las capacidades del hacking ofensivo.

La tercera empresa, la Booz Allen Hamilton, ganó en marzo un contrato de 10 millones de dólares para investigar la creación de electromagnetismo de alta potencia en la guerra cibernética de la Fuerza Aérea estadounidense.

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