El 7 de febrero, 13 millones de ecuatorianos acudieron a depositar su voto en las elecciones presidenciales que se celebraron para elegir, de entre 16 candidatos, al mandatario que gobernará el país a lo largo del período 2021-2025, además de renovar los 137 escaños de la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral) y otros cinco del Parlamento Andino.
No obstante, el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Ecuador necesitó dos semanas para proclamar los resultados definitivos de la primera vuelta de los comicios. Después, como ninguno de los candidatos logró hacerse con el 40 % de los sufragios, anunció que los aspirantes más votados se verían abocados a concurrir a un balotaje.
Al respecto, el CNE declaró el viernes, tras computarse los votos de la primera ronda comicial, que Guillermo Lasso, del partido Creo-PSC, será el rival de Andrés Arauz, de la alianza progresista Unión por la Esperanza (Unes), con el 19,74 % y el 32,72 %, respectivamente.
Sin embargo, Yaku Pérez, del Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik, que al final perdió con una diferencia muy corta frente a Lasso, pese a que anteriormente el ente regulador le había dado una leve ventaja, denuncia que se ha producido un fraude electoral que busca dejarle fuera del balotaje y, por lo tanto, exige un “juego limpio”.
Arauz, del correísmo, está seguro de su victoria en el balotaje. Aseguró, a través de una entrevista concedida al diario ecuatoriano El Universo, que no tienen ningún temor, debido a que desde la noche del 7 de febrero ha estado en la segunda vuelta de las elecciones.
“No tenemos ningún temor respecto a este tema. La preocupación que tenemos es que no se realice la segunda vuelta”.
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