En un comunicado, la Base Hamze Seyed al-Shohada, de la Fuerza Terrestre del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, emplazada en la provincia de Azerbaiyán Oriental (noroeste), ha informado este miércoles que la pandilla de traficantes fue interceptada en la zona justo cuando intentaba ingresar, de manera ilegal, armas al país desde la frontera noroeste.
La nota precisa que las fuerzas iraníes tomaron posesión de nueve fusiles Heckler & Koch G3, además de una gran cantidad de municiones.
Al proporcionar armas a los terroristas y a los agentes separatistas dentro de Irán, el enemigo tiene como objetivo “perturbar la seguridad pública”, difundir noticias falsas sobre los disturbios y el número de los muertos, para luego utilizar el tema con el propósito de obtener ganancias políticas, advierte el texto.
En los últimos días, agitadores se han aprovechado de la muerte de la joven iraní Mahsa Amini —acaecida en un hospital días después de su detención policial— para atentar contra el orden público, provocando disturbios y agresiones, algunas mortales, contra las fuerzas de seguridad y civiles.
Las autoridades iraníes ven las huellas de Estados Unidos, Israel y varios Estados europeos en los recientes actos vandálicos y la violencia callejera en el país y aseguran que actuarán con firmeza ante los que atentan contra la seguridad y la paz.
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