Varios estudiantes surcoreanos han trepado este viernes por la pared de la residencia del embajador estadounidense Harry Harris en Seúl (capital de Corea del Sur), en protesta por la presencia militar de EE.UU. en el país asiático, han informado varios medios de comunicación locales.
“Deja este suelo, Harris (…) Basta de interferir en nuestros asuntos (…) no necesitamos a los militares extranjeros”, coreaban los manifestantes surcoreanos, identificados como una “coalición de universitarios progresistas”.
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Los estudiantes han señalado, además, que irrumpieron en la casa del embajador estadounidense en protesta por la demanda de Estados Unidos de que Seúl aumente su parte del costo de la permanencia de unos 28 500 soldados norteamericanos en Corea del Sur.
Deja este suelo, Harris (…) Basta de interferir con nuestros asuntos (…) No necesitamos a los militares extranjeros”, corean un grupo de estudiantes surcoreanos, en alusión al embajador de EE.UU. en Seúl (capital de Corea del Sur), Harry Harris.
Posteriormente, la policía obligó a los manifestantes a abandonar la residencia y detuvo a 19 estudiantes para interrogarlos.
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Corea Sur ha publicado un comunicado en el que ha denunciado el incidente. Además, ha ordenado un incremento de la seguridad en el recinto diplomático estadounidense.
“Cualquier daño o ataque a dicha misión diplomática no puede justificarse bajo ninguna circunstancia, y el Gobierno tomará todas las medidas apropiadas para proteger las misiones y evitar cualquier acto que perturbe su bienestar”, ha agregado.
Desde antes de asumir el cargo, el presidente de EE.UU., Donald Trump, ha insistido en que los aliados de Washington deben pagar más para contribuir con sus propios presupuestos militares a la permanencia en sus países del Ejército estadounidense.
Pese a las críticas existentes en Corea del Sur en torno a la financiación de las tropas estadounidenses, Seúl firmó el pasado febrero un acuerdo con Washington para aumentar la subvención a las tropas de EE.UU., a fin de que estas permanezcan en su territorio.
El continuo reforzamiento por EE.UU. de sus equipos y fuerzas militares en Corea del Sur, bajo el pretexto de hacer frente a las supuestas amenazas del Gobierno norcoreano, ha suscitado la ira de los surcoreanos. Esto mientras Pyongyang ha condicionado la desnuclearización de su país a que Washington cese las hostilidades en su contra.
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