La Fiscalía General de Colombia emitió recientemente una orden de arresto contra el exsoldado israelí llamado Assi Ben-Moosh, quien fue deportado del país suramericano el pasado noviembre por estar involucrado en una red de tráfico de personas que promueve el turismo sexual, conforme informó el domingo el diario The Times Of Israel.
Esto, después de que, tras una exhaustiva investigación, ordenada por autoridades judiciales colombianas, fue desmantelada a finales de julio una red de violadores y proxenetas que sometía a 250 víctimas a realizar trabajos sexuales. En las pericias se logró la detención de 18 personas durante 13 allanamientos, entre ellas, un excapitán de la Armada Nacional colombiana, además de tres israelíes.
Al respecto, el presidente electo de Colombia, Ivan Duque, en un tuit, aseguró que no permitirá que su país “se convierta en un destino para el turismo sexual” y aplaudiendo el golpe de la policía contra la trata de menores, prometió duros castigos a los involucrados con delitos sexuales.
Además de las sospechas de prostituir a menores que recaen sobre Ben-Moosh, de 44 años, y sus compinches, la Fiscalía colombiana señala que estos también traficaban con drogas y evadían impuestos a la hacienda pública, recoge el medio israelí.
En un intento por evitar su deportación a los territorios ocupados palestinos por Israel, Ben-Moosh había solicitado, sin éxito, obtener el permiso de residencia en Colombia.
Su deportación se realizó luego de descubrirse que formaba parte de un grupo de exsoldados israelíes que había convertido un pequeño pueblo de pescadores en Taganga (norte de Colombia) en una “guarida de sexo y drogas” desde su base en un lujoso complejo, el Benjamin Hostel, que era conocido por los lugareños como “el pequeño Israel”.
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