Luiz Inácio Lula da Silva encabezó en la capital de Brasil el desfile del Día de la Independencia, en el que se reafirmó la defensa de la soberanía y la democracia en medio de tensiones con la Administración Trump y la guerra arancelaria desatada tras disputas por caso Bolsonaro.
Más de 45 000 personas asistieron este domingo, en la Explanada dos Ministerios, al desfile del Día de la Independencia, acompañado por ministros, congresistas, mandos militares y jueces.
Con la banda presidencial, Lula pasó revista a las tropas y presidió un desfile centrado en tres ejes: el Brasil de los Brasileños, la COP30 y el Brasil del Futuro, enfatizando en programas sociales y la parada de las Fuerzas Armadas.

El acto estuvo marcado por dos lemas patrióticos, “Brasil soberano” y “Brasil de los brasileños”, en respuesta a la agresividad del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y a los intentos de la derecha, con apoyo de la Casa Blanca, de favorecer la amnistía al expresidente Jair Bolsonaro y otras figuras detrás del flujo golpista.
Además, en medio de presiones de EE.UU. por el juicio contra Bolsonaro por fallido intento de golpe de Estado y tras presiones de la ultraderecha para una amnistía, Lula afirmó que Brasil no “acepta órdenes” de ningún otro país, por lo que no habrá lugar para injerencias extranjeras durante su gobierno.
“No somos ni volveremos a ser colonia de nadie. Somos capaces de gobernar y cuidar nuestra tierra y nuestra gente, sin la interferencia de ningún gobierno extranjero”, dijo Lula, en cadena nacional de radio y televisión previo a la celebración del Día de la Independencia.
Sin mencionarlo directamente, Lula rechazó las sanciones de Trump contra jueces y ministros brasileños, en represalia por el juicio a Bolsonaro por la conspiración golpista de 2023.
“Defendemos nuestra democracia y resistiremos a cualquier intento de golpearla”, afirmó, recordando que Brasil mantiene amistad con todos los países, pero pertenece solo al pueblo brasileño.
Bolsonaro está siendo investigado por liderar una organización criminal que intentó impedir la investidura de su sucesor, Luiz Inácio Lula da Silva, tras las elecciones de 2022. La causa, que involucra a militares y altos funcionarios, buscaba deslegitimar el resultado electoral y promover un golpe de Estado.
El proceso contra los participantes del asalto a Brasilia el 8 de enero de 2023, incluido Bolsonaro, se encuentra en la Primera Sala del Supremo brasileño. En su caso, de ser declarado culpable, podría enfrentar hasta 40 años de cárcel, y el juicio concluirá la próxima semana.
Desde Estados Unidos, Donald Trump calificó la acción judicial brasileña contra férreo aliado como una “caza de brujas”, sancionó a los jueces del Tribunal Supremo Federal encargados del proceso y en un acto sin precedentes aplicó aranceles del 50 % a Brasil.
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