Una semana después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazara con subir los aranceles a Brasil hasta el 50% si éste no termina el juicio contra el expresidente ultraderechista brasileño Bolsonaro, el magnate republicano y el actual mandatario del gigante sudamericano, Luiz Inácio Lula da Silva, volvieron a chocar el jueves.
Lula aprovechó un discurso en el 60.º Congreso de la Unión Nacional de Estudiantes (CONUNE) en Goiânia, para volver a denunciar las tarifas del 50% anunciadas por Washington. El líder progresista calificó la medida de una afrenta a la soberanía nacional de Brasil y prometió tomar represalias imponiendo impuestos a las empresas digitales estadounidenses.
“Brasil tiene 201 años de relaciones diplomáticas con Estados Unidos y un déficit comercial de 410 000 millones de dólares en 15 años. No aceptamos que el presidente envíe un correo electrónico en el que dice que, si no liberamos a Bolsonaro, aplicará un arancel del 50%. Responderemos como demócratas: no aceptamos que nadie interfiera en nuestros asuntos internos”, subrayó.
Lula denunció exigencias excesivas e ilegales de Trump a su país, entre ellas la que “las empresas estadounidenses, las plataformas, no paguen impuestos en Brasil”, advirtiendo que nunca aceptará que un “gringo” le dé “órdenes a Brasil”.
“El mundo necesita saber que este país solo es soberano porque su gente es soberana y está orgullosa de él. Quería decirles que juzgaremos y gravaremos a las empresas digitales estadounidenses”, afirmó el mandatario izquierdista.
La tensión entre las dos mayores economías del continente escaló cuando Bolsonaro reveló una nueva carta que le envió Trump, en la que el mandatario estadounidense vuelve a solidarizarse con su aliado ultraderechista, acusado en Brasil de intentar un golpe de Estado tras las elecciones de 2022.
“¡Este juicio debe terminar inmediatamente!”, dijo Trump en la carta, en la que no disimuló su injerencia en los asuntos internos de Brasil. La misiva llega dos días después de que la Fiscalía de Brasil pidiera una condena de cárcel para Bolsonaro y sus colaboradores más cercanos por organizar un golpe de Estado contra Lula. El exmandatario se arriesga a 43 años de prisión.
La intervención de Trump en las políticas internas y elecciones de otro país no es nada nuevo. Ya pasó con Canadá y algunos países de Europa, en los que expresó su apoyo a los candidatos de derecha o extrema derecha, y ahora recurre a los aranceles para imponer su voluntad a un país soberano, es decir Brasil.
El enfoque injerencista del republicano hacia Brasil ha desatado protestas en el gigante sudamericano en los últimos días, donde la gente ha repudiado las interferencias de Washington gritando lemas patrióticos y quemando efigies de Trump en la calle.
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