La política ecologista, ha asegurado que el gigante sudamericano, luchará contra la deforestación y dejará de ser un “paria ambiental”. De esta forma, con el nuevo Gobierno de Brasil, muchos plantean que florecen las esperanzas de proteger el pulmón del mundo.
Jair Bsolonaro, expresidente de Brasil, ya abandonó el poder y como herencia ha dejado, entre otras cosas, una deforestación récord de Amazonia para su sucesor. Este legado ambiental de Bolsonaro, es un gran desafío para el Gobierno de Lula, que lo va a afrontar con la ayuda de una política ecologista y activista amazónica.
La nueva ministra Marina Silva, tras asumir el cargo, aseguró que el nuevo ejecutivo brasileño, se esfuerza por cambiar las políticas medioambientales y ampliar colaboraciones con la región y con el mundo.
En ese sentido, el vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourao, también enfatizó en un nuevo enfoque basado en reducir las emisiones contaminantes.
Las políticas ambientales, la reducción de la deforestación y la contención del cambio climático, fueron de los temas centrales de campaña de Lula. En sus gobiernos anteriores, también respondió adecuadamente a este desafío.
Desde 2004, poco después de su llegada al poder, la deforestación disminuyó, y se llegó a reducir casi el 80 % durante su presidencia. Durante la era Bolsonaro, la destrucción de la selva aumentó un 73 % hasta 2021, el peor año de los últimos 15.
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