Estas son postales brasileñas de un colectivo de personas que no se somete a la impunidad, que irrespeta un orden que ejerce el poder a nombre de la civilización occidental. Es un orden que día tras día evidencia actuar envenenado por un ácido desoxirribonucleico de la barbarie, su ADN de la barbarie.
En el último capítulo, Israel acaba de interceptar, secuestrar, y ahora se informa que tortura a los integrantes de una gran flotilla humanitaria internacional que se propone acercar un respiro a los palestinos masacrados durante dos largos años en Gaza.
La larga lista de atrocidades israelíes ha sumado un nuevo capítulo, y de manera directamente proporcional la igualmente larga lista de apoyo y solidaridad con la causa palestina también.
Andrés Sal.lari, Sao Paulo.
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