El viceministro de Transparencia Institucional de Bolivia, Guido Melgar, anunció el miércoles una denuncia contra Luis Arce, el candidato del MAS, por supuesto enriquecimiento ilícito. También dijo que Arce tendrá que presentarse ante la Fiscalía de Bolivia para dar las oportunas explicaciones.
En respuesta, la portavoz del MAS, Marianela Paco, aseguró que las denuncias contra Arce son parte de la “guerra sucia”, enfatizando que, de oficializarse la querella, se responderá por la vía judicial, mientras que, si se trata de una calumnia, el partido se defenderá de la misma forma.
“Entre febrero y marzo nosotros habíamos anticipado que íbamos a sufrir una serie de ataques de guerra sucia de baja calaña, es parte de ello todo este despliegue (…) a todas las acusaciones, esta es una más y se atenderá en la vía que corresponda”, sostuvo.
Además, la delegada del MAS acusó al gobierno de facto de Bolivia de intentar obstaculizar la celebración de las elecciones y deslegitimar, por todos los medios a su alcance, la votación pacífica del pueblo boliviano.
“Está en marcha todo un plan de violencia y sabotaje para evitar el retorno de la democracia en el país”, alertó, para luego exhortar al pueblo boliviano a estar atento ante la posibilidad de que provocadores infiltrados generen violencia.
El mismo miércoles, el depuesto presidente boliviano, Evo Morales —víctima de un golpe de Estado que puso fin en noviembre de 2019 al proceso reformador que lideraba en Bolivia—, advirtió a los militantes y candidatos del partido MAS-IPSP (Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos) de un plan para impedir los comicios del 18 de octubre.
Tales actos contra el MAS se producen mientras, según la propia formación, los sondeos señalan a Arce como ganador de los comicios, sin descartar que sea en primera vuelta.
ftn/anz/mkh
