Taiwán ha encargado este viernes el primero de una nueva flota de barcos guardacostas, un catamarán avanzado de fabricación nacional que puede armarse con misiles durante la guerra, mientras la isla refuerza sus defensas frente a lo que ve como una amenaza creciente de Pekín, según informa la agencia británica de noticias Reuters.
La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, ha asistido a la puesta en servicio del Anping —que costó 37,30 millones de dólares— en la ciudad sureña de Kaohsiung, y ha elogiado su capacidad “específica” de poder ser utilizado en tiempos de conflicto.
“Si es necesario, [Anping] se puede transformar inmediatamente en una fuerza importante para la defensa”, ha dicho en un astillero naval-militar de Kaohsiung, donde también ha nombrado al segundo barco como el Chengkung.
Conforme ha sostenido la mandataria, eso significa que mientras la guardia costera taiwanesa fortalece la aplicación de la ley, las fuerzas de defensa nacional también se fortalecerán.
Al respecto, Taiwán empezó a finales del pasado noviembre la construcción de ocho submarinos para disuadir la navegación de los navíos de guerra de China cerca de sus costas a fin de preservar “la soberanía de la isla”.
Taiwán es un tema muy sensible para China, pues considera a la isla parte integrante de su territorio y, en consecuencia, no admite que mantenga lazos diplomáticos y militares formales propios con otro Estado soberano.
El gigante asiático repudia cualquier actividad separatista en la isla que, en los últimos tiempos, cuenta con apoyo explícito de Estados Unidos y no descarta recurrir al uso de la fuerza para reunificar dicho territorio.
ftn/lvs/mjs
