"ACNUR está preocupado por esta noticia y está buscando detalles por parte de las autoridades" de Bangladés, dijo el martes el representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en el país, Shinji Kubo, después de que el Gobierno bangladesí anunciase ayer esta posibilidad en un documento publicado en su página web.
El Ejecutivo, que hoy cifró en 67 000 el número de rohingyas que entraron en el país desde el pasado octubre, mencionaba en el texto la "recolocación gradual de los refugiados rohingyas (...) que han venido de manera ilegal desde Myanmar (Birmania) a Thengar Char, en el distrito de Noakhali".
ACNUR está preocupado por esta noticia y está buscando detalles por parte de las autoridades" de Bangladés, dijo el representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en el país, Shinji Kubo.
Thengar Char es una isla ubicada en la bahía de Bengala, de 40 kilómetros cuadrados y que permanece deshabitada desde que emergió del mar hace una década.
"Cualquier movimiento (de personas) debe ser llevado a cabo a través de un proceso consultivo y voluntario" y las posibilidades del lugar propuesto han de ser evaluadas, señaló Kubo en alusión al posible traslado de rohingyas a esta isla.
Asimismo, abogó por "registrar y documentar a los rohingyas en Bangladés sin importar dónde estén", lo que ayudaría al Gobierno del país y a las agencias humanitarias a prestarles asistencia.
El 29 de diciembre de 2016, Bangladés cifró en 50 000 el número de rohingyas que habían entrado en su territorio en solo tres meses y exigió el cese de la persecución de esa minoría en Myanmar.
Según los informes, la mayoría de los musulmanes rohingyas residentes en Bangladés se han refugiado en asentamientos improvisados, campamentos oficiales de refugiados y aldeas en el distrito turístico de Cox's Bazar (sureste).
La represión militar contra los rohingyas en Myanmar se volvió más virulenta como represalia por el asesinato de nueve policías en octubre, del que las autoridades birmanas acusaron a milicianos de esa minoría, aunque estos lo negaron. Desde entonces la población ha sido objeto de ejecuciones sumarias, violaciones e incendios deliberados de aldeas enteras.
Más de 100 personas murieron y más de 20 000 civiles se vieron obligados a abandonar sus hogares y huir a los países vecinos.
Organismos internacionales como Amnistía Internacional califican de crímenes contra la humanidad las atrocidades cometidas por el Ejército birmano contra los rohingyas.
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