• Una mujer rohingya llora por el incendio que quemó su vivienda, situada en un campo cerca de Sittwe, capital del estado de Rajine, Mayanmar, 3 de mayo de 2016.
Publicada: miércoles, 14 de diciembre de 2016 8:22

Human Rights Watch (HRW) culpó al Gobierno y el Ejército de Birmania por quemar cientos de edificios de la minoría musulmana rohingya en el estado de Rajine.

"Los nuevos hallazgos refutan los argumentos militares y gubernamentales de Myanmar (Birmania) de que los milicianos rohingyas eran responsables de quemar sus propias aldeas", dijo el martes Brad Adams, director de la sección de Asia del grupo de derechos humanos HRW.

Asimismo, agregó que "las imágenes satelitales y las entrevistas con testigos oculares apuntan claramente al Ejército el incendio de estos edificios", e instó al Gobierno birmano a permitir que las agencias humanitarias y los medios de comunicación ingresen a la turbulenta región.

Los nuevos hallazgos refutan los argumentos militares y gubernamentales de Myanmar (Birmania) de que los militantes rohingyas eran responsables de quemar sus propias aldeas", dijo Brad Adams, director de la sección de Asia del grupo de derechos humanos HRW.

En su informe publicado el martes, el organismo con sede en Nueva York (EE.UU.) publicó imágenes de satélite que indican que al menos 1500 edificios y hogares, han sido destruidos, y en algunos casos aldeas enteras han sido quemadas, forzando a miles de musulmanes rohingyas a abandonar sus viviendas.

Según el informe, el número exacto de casas quemadas podría ser mayor, ya que densas selvas de la región podrían haber ocultado algunos edificios destruidos, y que el patrón de incendios sugiere una "destrucción sistemática de edificios".

"Es difícil creer que los militantes incendiaron más de 300 edificios" en un área en particular "durante un lapso de un mes, mientras las fuerzas de seguridad de Myanmar estuvieron allí y observaron", añadió Adams, señalando que "ya es hora de que (los funcionarios del Gobierno de Myanmar) reconozcan que sus continuas negaciones carecen de credibilidad".

 

El pasado 9 de diciembre, la Organización de las Naciones Unidas (ONU ) urgió al Gobierno birmano a cesar los asaltos a los musulmanes rohingyas, y denunció la ‘limpieza étnica’ que lanza el Ejército contra esta comunidad, considerada la minoría más oprimida del mundo.

La represión fue lanzada en respuesta al asesinato de nueve policías por el que las autoridades culparon a los milicianos rohingyas, mientras éstos refutaron la acusación. Desde entonces la población ha sido sometida a numerosas ejecuciones sumarias, violaciones en grupo e incendios deliberados de aldeas enteras.

Los actos de violencia han obligado a más de 20.000 civiles a abandonar sus hogares y huir a Bangladés, mientras que 86 personas, incluidos niños y mujeres, han muerto en una ofensiva militar que no tiene testigos.

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