En este sentido, decenas de familiares de personas que desaparecieron en los ataques sin precedentes del Movimiento de la Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) contra los territorios ocupados, y que se presume que estén muertas o secuestradas, han acudido en masa a un centro para personas desaparecidas operado por la policía y el comando del frente interior.
Los familiares han llevado artículos como cepillos de dientes y otras pertenencias personales de sus allegados desaparecidos para proporcionar muestras de ADN que podrían ayudar a identificarlos.
La operación de los grupos de la Resistencia ha provocado la muerte de al menos 300 israelíes en 22 comunidades y asentamientos ilegales del régimen de Tel Aviv.
El ataque del sábado se produjo 50 años y un día después de que las fuerzas egipcias y sirias lanzaran un asalto durante la festividad judía de Yom Kippur en un esfuerzo por recuperar el territorio que Israel había tomado durante un breve conflicto en 1967.
Acontecimientos “nunca antes vistos en Israel”
El primer ministro Benjamín Netanyahu dijo que Israel “está en guerra”. Prometió utilizar “todo el poder” militar para destruir las capacidades de HAMAS.
Al calificar los acontecimientos del día como algo “nunca antes visto en Israel”, prometió garantizar que “nunca volverá a suceder”.
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