El miércoles, fuentes israelíes informaron de que tres misiles fueron lanzados desde El Líbano hacia las posiciones del ejército del régimen de ocupación, que, según afirmaron, respondió con disparos.
Las sirenas sonaron cerca del asentamiento ilegal de Kiryat Shmona en el norte de los territorios ocupados palestinos.
Los lugareños también han asegurado que escucharon fuertes explosiones. No hubo heridos ni daños materiales relevantes, según medios.
De momento, según reportan medios, el ejército israelí se ha puesto en alerta máxima, desplegando tanques cerca de la frontera libanesa.
El 20 de julio, se registró un incidente de misma índole, cuando, el ejército israelí bombardeó varios objetivos en El Líbano en respuesta a lo que sería el lanzamiento de dos cohetes, desde el sur del territorio libanés.
No ha habido reivindicación de la autoría de esos ataques. Sin embargo, Israel y el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) están involucrados en altos niveles de tensión.
La inteligencia militar de Israel, en un informe de evaluación anual, subrayó anteriormente que, en los últimos meses, el ejército israelí se ha mantenido en alerta ante la creciente probabilidad de que Hezbolá ataque sus posiciones.
Por su parte, Hezbolá eleva su nivel de preparación a un alto nivel mientras Israel desarrolla maniobras a gran escala.
Israel ha librado tres guerras contra El Líbano —a saber: en 1982, 2000 y 2006—, y ha cometido asesinatos en el territorio libanés. Desde su creación en 1985, Hezbolá ha respaldado al Ejército libanés en la defensa del país frente a toda agresión procedente del exterior.
Hezbolá, que ha aumentado en los últimos años su poderío militar y misilístico, advierte que está totalmente listo para hacer frente a cualquier agresión del régimen israelí, tal y como lo hizo en la contienda de 2006, conocida como la guerra de los 33 Días.
tqi/mkh