• Soldados y oficiales de la Unidad 9900 de la inteligencia del ejército israelí.
Publicada: viernes, 26 de octubre de 2018 9:41

Una firma israelí de espionaje se dedica a cazar los activos de Irán en el mundo y a ayudar a confiscarlos en beneficio de las supuestas “víctimas de terrorismo”.

Black Cube, conocido como el Mossad (servicio de inteligencia de Israel) privado, es una empresa israelí especializada en ubicar activos en todo el mundo, y este tipo de desafíos le resultan particularmente atractivos.

El diario israelí Haaretz ha revelado hoy viernes cómo Black Cube llevó a cabo una operación amplia y completa contra altos funcionarios de la anterior Administración estadounidense presidida por Barack Obama para obtener informaciones sobre la ubicación de los fondos iraníes tras la firma del acuerdo nuclear en 2015 por Teherán y el Grupo 5+1 (EE.UU., Francia, el Reino Unido, Rusia y China, más Alemania).

Para llegar a su objetivo, según el informe, Black Cube espió al asesor adjunto de Seguridad Nacional para Comunicaciones Estratégicas del anterior Gobierno estadounidense, Ben Rhodes y el asesor de seguridad nacional del vicepresidente, Colin Kahl, entre otros.

 

La operación de la firma israelí se centraba en encontrar la ubicación de activos iraníes desconocidos, como cuentas bancarias en los Estados ribereños del Golfo Pérsico o el Lejano Oriente. Black Cube debería luego descubrir si el equipo de Obama había asistido a Irán para ocultar sus activos o había ayudado al país persa para cambiar la divisa en violación de las leyes estadounidenses o internacionales.

Aunque la operación encubierta de Black Cube falló, según el informe de Haaretz, la empresa israelí continúa trabajando activamente para cazar los fondos iraníes en los bancos extranjeros.

Varias cortes en EE.UU. han ordenado indemnizar con miles de millones de dólares de los activos iraníes congelados en los bancos de este país a cientos de ciudadanos estadounidenses “víctimas de terrorismo”, luego de que acusaran a la República Islámica de “ser responsable” de algunos ataques terroristas contra blancos estadounidenses.

Irán, que ha rechazado en numerosas ocasiones toda implicación en dichos atentados, ha demandado a Washington ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por la confiscación de sus fondos e intentar “dañar la economía” del país persa.

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