Según ha informado este sábado la revista británica The Economist, la coalición liderada por los saudíes lleva más de cinco años atacando Yemen y ha acabado con la vida de más de 100 000 civiles, pero actualmente Arabia Saudí está haciendo lo imposible para no hundirse del todo en dicha ciénaga.
De hecho, la publicación afirma que la monarquía saudí está aprovechando la pandemia del coronavirus, conocido COVID-19, para poner fin a su contienda en Yemen. Arabia Saudí alega que la tregua que ha anunciado recientemente tiene como objetivo reducir el sufrimiento del pueblo yemení, pero, en realidad, es una forma de acabar con la guerra en Yemen con menos bajas y daños de su parte, subraya la revista.
The Economist afirma que el motivo principal de Arabia Saudí al anunciar el alto el fuego era dar un giro de la guerra, porque los Al Saud, pese a sus constantes ataques aéreos, no han podido derrotar al movimiento popular yemení Ansarolá en su principal ciudad, Saná, capital yemení.
Riad anunció el 8 de abril un alto el fuego en Yemen para apoyar los esfuerzos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) encaminados a acabar con este conflicto y evitar, además, una mayor propagación del nuevo coronavirus (COVID-19) en este país devastado por la guerra. Desde entonces, no obstante, los saudíes han llevado a cabo decenas de bombardeos en el norte, centro y el oeste de Yemen, y han enviado gran cantidad de equipo bélico a este país.
Muhamad Abdel Salam, portavoz del movimiento popular yemení Ansarolá y jefe de la delegación yemení en las conversaciones de paz dirigidas por la ONU, denunció el viernes que Arabia Saudí, con su declaración del alto el fuego, no está buscando un verdadero fin de la guerra, sino que trata de reorganizar la situación en el terreno.
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