El sangriento atentado en Kabul dejó en shock al mundo. El ataque reivindicado por la rama local del grupo terrorista Daesh, se registró al sur del aeropuerto de Kabul en el puerto de Abbey, lleno de gente desesperada, a quien el presidente Biden había prometido evacuar.
El Pentágono aseguró que los ataques mataron a 13 militares estadounidenses y dejaron heridos a otros 18. Biden ha recibido un aluvión de críticas por la actual situación en Afganistán.
Otros países, como Irán y Rusia, al condenar el ataque, pidieron acelerar la asistencia a los afganos para que puedan formar un gobierno inclusivo. China, que siempre acusó a Washington del caos en Afganistán, advirtió que este país podría convertirse en un nido del terrorismo.
Washington advirtió de que la amenaza de atentados persiste en Kabul, al tiempo que prometió seguir con las evacuaciones hasta el 31 de agosto, fecha elegida por Biden para cerrar 20 años de presencia militar en Afganistán. Esta estrategia ya ha decepcionado a muchos aliados de EE.UU.
La situación de Afganistán, desde la toma del poder de los talibanes el pasado 15 de agosto hasta el atentado de Kabul supone un duro golpe para Estados Unidos, pues, tuvieron lugar mientras Biden alega que su país ha cumplido con éxito su misión de vencer el terrorismo en Afganistán.
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