Se trata del segundo ataque de hombres armados contra la misma base estadounidense en la zona de Torkham, región fronteriza entre Afganistán y Paquistán, en los últimos dos meses.
Las autoridades locales de la provincia de Nangarhar han confirmado el incidente, sin embargo, no han revelado más información al respecto y se desconoce por el momento la cifra exacta de víctimas mortales del ataque.
Un funcionario de seguridad local que habló en condición de anonimato, aseveró que los enfrentamientos entre los militantes y las fuerzas de seguridad todavía continúan en el interior del recinto.
Hasta ahora nadie ha asumido la responsabilidad de este atentado, pero las autoridades normalmente culpan al grupo Taliban por los ataques de esta índole.
Ni el Ministerio del Interior de Afganistán ni el grupo Taliban han reaccionado en cuanto al incidente. El martes, también seis soldados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), de nacionalidad estadounidense, perdieron la vida al estrellarse el helicóptero en el que viajaban en el sur de Afganistán.
Según la página Web icasualties.org, 3405 soldados extranjeros han perecido en Afganistán desde 2001, cuando Estados Unidos y sus aliados invadieron este país asiático.
Washington alega que la permanencia de sus efectivos en el territorio afgano ayuda a poner fin a la violencia en este país, no obstante, tras la invasión afgana, so pretexto de luchar contra el terrorismo, la anarquía y la inseguridad han aumentado considerablemente.
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