Los francotiradores de movimiento popular yemení Ansarolá y soldados del Ejército atacaron las posiciones de las tropas saudíes en la localidad de Aalab, en Asir (suroeste de Arabia Saudí), y mataron a tres soldados saudíes, ha informado este lunes la televisión yemení Al Masirah.
Además, las tropas yemeníes han lanzado seis misiles balísticos Zelzal-1 contra blancos saudíes en la región de Jizan. El ataque con misiles ha provocado la muerte de varios militares saudíes y acabado con sus fortificaciones.
En los últimos meses, el Ejército y Ansarolá han intensificado sus ataques aéreos con drones y misiles en territorio saudí. Se centran en objetivos militares y económicos, en especial, bases aéreas y refinerías de petróleo.
El 17 de agosto, Mohamad al-Bujaiti, un miembro del Consejo Político de Ansarolá, advirtió de que “el conflicto en Yemen puede acabar destrozando Arabia Saudí si la monarquía árabe insiste en continuar la agresión”.
El ministro yemení de Salud, Taha al-Mutavakel, cifró en 140 000 el balance de víctimas civiles contabilizadas desde el inicio de la guerra contra Yemen en 2015. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) calcula que, de seguir la guerra, el número de víctimas mortales podría alcanzar la cifra de 500 000 para finales del año 2020.
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