Las fuentes locales informan que en el ataque, lanzado el sábado contra Najran (suroeste), se utilizó el misil balístico Qaher-2M, de fabricación propia, acondicionado a partir del misil soviético S-75 —SA-2 Guideline, según la designación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)—.
El Ejército de Arabia Saudí confirmó el ataque, pero alegó que el misil había alcanzado un complejo perteneciente a una empresa estatal, que dejó como resultado un herido.
Ansarolá ha asegurado en reiteradas ocasiones que el lanzamiento de misiles y de ataques contra el territorio saudí se producen en reacción a la campaña aérea que lidera Riad contra Yemen para materializar sus objetivos en la zona.
El mismo sábado, al menos 10 civiles murieron como consecuencia de varios bombardeos saudíes contra diferentes zonas residenciales en las provincias yemeníes de Taiz (suroeste) y Saada (noroeste). Además, decenas de personas resultaron heridas
Vine a Yemen para comprender mejor el deterioro de la crisis humanitaria, incluidas la más rápida propagación de la epidemia de cólera que el mundo haya visto jamás, la inseguridad alimentaria más grande del mundo y las condiciones de desplazamiento generalizado de la población”, denunció el responsable de asuntos humanitarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Mark Lowcock.
En su visita a Yemen, el responsable de asuntos humanitarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Mark Lowcock, calificó el sábado la situación humanitaria en el país más pobre del mundo árabe de “impactante” y lamentó que fuera creada por el hombre.
“Vine a Yemen para comprender mejor el deterioro de la crisis humanitaria, incluidas la más rápida propagación de la epidemia de cólera que el mundo haya visto jamás, la inseguridad alimentaria más grande del mundo y las condiciones de desplazamiento generalizado de la población”, denunció Lowcock.
La crisis yemení, que se inició en marzo de 2015 con los ataques de Arabia Saudí y sus aliados regionales, bajo el visto bueno de EE.UU. y sin el permiso de las Naciones Unidas, para restaurar en el poder al expresidente fugitivo Abdu Rabu Mansur Hadi —fiel aliado de Riad— ha acabado con la vida de más de 12.000 civiles, de acuerdo con las cifras recientes de la ONU.
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