En una rueda de prensa regular, la portavoz de la Cancillería china, Hua Chunying, expresó el lunes la preocupación de su país por la situación humanitaria en Yemen y subrayó que Pekín espera que esa medida ayude a aliviar la situación en el territorio yemení, así como a permitir la entrega de ayuda humanitaria a las víctimas.

Además instó a todas las partes a implementar seriamente las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) y que solucionen las disputas a través del diálogo político.
La portavoz de la Cancillería china, asimismo, enfatizó la necesidad de celebrar conversaciones políticas para resolver pacíficamente la crisis en Yemen, y devolver el orden y la seguridad a ese país lo antes posible.
Por otra parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Egipto, Sameh Shukri, consideró “positiva” esa decisión e instó a todas las partes a acatar el alto el fuego anunciado en Yemen.
La alta representante de la Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, también urgió el lunes a todas las partes en Yemen a respetar el alto el fuego “sin condiciones” y a considerar que la tregua pactada “constituye una importante oportunidad para atajar la situación dramática humanitaria en Yemen”.
“Todas las partes deben respetar rápidamente la tregua sin condiciones previas a fin de garantizar el acceso inmediato y sin obstáculos de los yemeníes ordinarios en necesidad a la ayuda y suministros esenciales”, pidió Mogherini y el comisario de Ayuda Humanitaria, Christos Stylianides, en un comunicado conjunto.
La misma jornada del lunes, la subsecretaria general para Asuntos Humanitarios y coordinadora de Ayuda de Emergencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Valerie Amos, exigió a Arabia Saudí que detenga sus bombardeos y consideró “esencial” que acate la tregua de cinco días que empezará este martes, 12 de mayo.
El lunes, el régimen de Riad atacó con más de 150 misiles Saná (capital), y localidades en Saada (noroeste), Hayá (norte), así como Taiz (suroeste). Según fuentes médicas, los ataques se cobraron la vida de al menos 15 y 34 civiles, en Saná y Taiz, respectivamente.

Los ataques ocurrieron pese a que el movimiento popular yemení Ansarolá y el Ejército aceptaron la tregua propuesta el pasado viernes por Riad.
El pasado 26 de marzo, Arabia Saudí lanzó una ofensiva militar contra Yemen, sin el aval de las Naciones Unidas, pero con el visto bueno de Washington, en un intento por eliminar de la ecuación al movimiento popular Ansarolá y restaurar en el poder al expresidente fugitivo Abdu Rabu Mansur Hadi, un estrecho aliado de Riad.
El régimen de Al Saud, pese a recurrir a todo tipo de medidas, incluido el uso de bombas de racimo y de fósforo blanco, en sus ataques a Yemen, no ha logrado ninguno de sus objetivos principales: por un lado, siguen los avances de Ansarolá en el territorio yemení, y por el otro, Mansur Hadi, que ha huido a Arabia Saudí, todavía parece muy lejos de retornar al poder.
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