Los combatientes de Ansarolá han logrado expulsar a las fuerzas leales al expresidente prófugo yemení, Abdu Rabu Mansur Hadi, tras duros enfrentamientos en los que murieron decenas de partidarios de Hadi, según testigos oculares citados por la página Web Adenalghad.
La fuente recuerda que las fuerzas de Ansarolá mantenían bajo su control, desde hace casi un mes, algunas partes de Asilan.
Por otro lado, Ansarolá ha declarado “zona de guerra” la ciudad de Haradh, situada en la frontera yemení-saudí, y ha pedido a los habitantes de esta ciudad que evacuen sus viviendas.
Además, ha establecido puestos de control en el paso fronterizo de Al-Tuwal, en la provincia noroccidental de Hajjah.
Pese a los incesantes ataques de Arabia Saudí y sus aliados contra el territorio yemení, Ansarolá, apoyado por el Ejército yemení, sigue ganando terreno tanto al grupo terrorista Al-Qaeda como a los grupos armados que respaldan a Hadi.
Transcurridas más de seis semanas del inicio de la intervención militar saudí en Yemen, cada vez se alzan más voces contra la nueva aventura de los Al Saud en la región.
El coordinador de las Naciones Unidas para Ayuda Humanitaria a Yemen, Iyad Nasr, exigió el lunes que los autores de las masacres de civiles en el territorio yemení sean juzgados y castigados por sus crímenes.

El régimen de Riad, que busca expandir su ideología extremista de wahabismo en la zona, no ha escatimado esfuerzos a la hora de lograr sus objetivos, y tras experimentar fracasos en Siria e Irak, donde está armando a los grupos terroristas, ha decidido desestabilizar la seguridad en Yemen.
Un funcionario del Departamento estadounidense de Estado aseguró a principios del pasado mes de abril que las ofensivas contra Yemen aumentarían la capacidad operativa del grupo terrorista Al-Qaeda en la Península Arábiga (AQPA).
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