De acuerdo con la televisión yemení Al-Masirah, un número indeterminado de militares saudíes murió en un ataque con misiles rusos Tochka, lanzados por combatientes del movimiento popular Ansarolá, en la región fronteriza de Jizan.
Desde marzo de 2015, cuando Riad lanzó una ofensiva militar contra el país más pobre del mundo árabe, en un intento por restaurar en el poder al expresidente fugitivo yemení Abdu Rabu Mansur Hadi, su estrecho aliado, las localidades fronterizas del sur de Arabia Saudí suelen ser blanco de los ataques las fuerzas yemeníes.
El Ejército y las fuerzas de comités populares yemeníes afirman actuar en represalia de los bombardeos perpetrados por el régimen de Al-Saud contra las infraestructuras y civiles.
En la misma jornada del martes, el Ministerio del Interior de Arabia Saudí confirmó que un proyectil lanzado desde Yemen alcanzó una posición militar en la fronteriza zona de Najran, ubicada en el sur del reino árabe, matando a 7 personas.
En los últimos días, la aviación militar saudí ha intensificado sus incursiones aéreas sobre Yemen, matando a decenas de civiles. El sábado, unos 50 niños murieron por el bombardeo de una escuela en la provincia noroccidental de Saada. También el lunes, los cazas saudíes devastaron un hospital gestionado por la organización humanitaria internacional Médicos Sin Fronteras (MSF) en el noroeste de Yemen, matando a al menos 15 civiles.
Sobre la reciente ola de bombardeos saudíes, uno de los comandantes de los comités populares, Husien al-Houthi, ha señalado que el régimen saudí está descargando su ira contra el pueblo yemení, ya que la nación secundó la formación del Consejo Político Supremo.
Según las últimas estadísticas de las Naciones Unidas, la guerra iniciada por Arabia Saudí en Yemen ya ha dejado más de 32.000 víctimas, entre muertos y heridos, en su mayoría civiles.
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