Belgrado, la capital de Serbia, acoge una cumbre ministerial de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). En el primero de sus dos días de duración, toda la atención se ha centrado este jueves en la reunión entre los ministros de Exteriores de la Federación de Rusia y de Turquía, Serguei Lavrov, y Mevlut Cavusoglu, respectivamente.
La parte turca había solicitado el encuentro para rebajar tensiones tras la furiosa reacción de Moscú al derribo de uno de sus bombarderos por las fuerzas aéreas turcas. Sin embargo, no ha habido ningún avance.
En estos días, Moscú ha impuesto todo tipo de sanciones a Ankara. Además, el Kremlin exige una disculpa pública por parte de las autoridades turcas.
El Gobierno turco, sin embargo, se niega a conceder tal petición asegurando que Rusia plantea acusaciones irreales y debe reconsiderar su actitud hostil hacia Turquía.
Pese a que el encuentro entre los cancilleres ha sido considerado por algunos expertos como signo del inicio de un proceso de normalización de las relaciones entre Rusia y Turquía, Ankara admite que la situación sigue siendo demasiado tensa.
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