Durante este tiempo, la Organización de Estados Americanos (OEA) ha expresado abiertamente su apoyo a la oposición venezolana y ha alentado los disturbios al incitar las protestas antigubernamentales.
Además, ha defendido las sanciones antivenezolanas y ha demando contra Maduro ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) o la Corte Penal Internacional (CPI).
Dichas medidas han provocado el rechazo de tanto Venezuela, como otros países regionales, que acusan a la OEA de intervenir en los asuntos internos de Caracas y de servir a los intereses del imperialismo.
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