Un tribunal en Estambul comenzó a juzgar, en ausencia, a 20 ciudadanos saudíes, entre ellos dos muy cercanos al príncipe heredero Muhamad Bin Salman. Todos están acusados de participar en el asesinato y en desmembramiento del prominente crítico de Riad, Jamal Khashoggi, en el consulado saudí en octubre de 2018.
La Fiscalía turca solicita la cadena perpetua para todos los acusados. Sin embargo, ninguno ingresará en la cárcel porque no están en Turquía, sino en Arabia Saudí, y sencillamente la Justicia turca no tiene jurisprudencia en el país árabe.
Khashoggi ingresó al consulado saudí en Estambul el 2 de octubre de 2018 para recibir algunos documentos, pero nunca volvió a salir. Después de tres semanas de silencio, Riad, bajo la presión internacional, admitió que había sido asesinado en el lugar.
Las evidencias muestran que fue asfixiado y su cuerpo, después, descuartizado, para hacerlo desaparecer. Zeki Demir, un técnico local turco que trabajaba para el consulado saudí, reveló haber notado que las losas de mármol alrededor del horno parecían haber cambiado de color como si hubieran sido limpiadas con un químico. Agregó, además, haber visto muchas brochetas de carne por allí.
El tribunal turco ha anunciado que el próximo 24 de noviembre se celebrará la segunda vista, donde se espera que declaren otros testigos.
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