El gobernador de California, Jerry Brown, resolvió firmar el proyecto de ley aprobado por el Congreso estatal que faculta a médicos a administrar dosis letales a pacientes que padecen enfermedades terminales.
La medida de California llega después de que al menos dos decenas de estados introdujeran este año proyectos de ley para ayudar a morir, aunque las medidas han quedado paralizadas casi en todos lados.
La iniciativa de ley fue aprobada el 11 de setiembre después de que versiones previas fueran rechazadas este año, y mientras se destacaba el caso de Brittany Maynard, una californiana de 29 años con cáncer cerebral que decidió mudarse a Oregon para poder terminar con su vida.

Los grupos religiosos y defensores de personas con discapacidad se opusieron a la medida, ya que consideran que va contra la voluntad de Dios y pone a los enfermos terminales en riesgo de tener una muerte coaccionada.
La iniciativa fue retomada como parte de un periodo de sesiones especial que buscaba solucionar la falta de financiamiento en el programa estatal de salud para los pobres. El gobierno había criticado esta acción para saltarse el proceso acostumbrado.
Además de que el paciente deberá de gozar de facultades mentales plenas, de ser capaz de tomar el medicamento por sí solo y que dos médicos lo autoricen, el enfermo deberá presentar varias peticiones por escrito y al menos dos testigos, y uno de ellos no debe ser familiar.
Con esta acción, California se suma a otros estados que autorizan a los médicos a recetar fármacos para acabar con la vida, como Oregon, Washington, Vermont y Montana.
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