Una nueva fase de la ocupación estadounidense del noreste de Siria ha empezado en los últimos días. Estados Unidos ha fortalecido su presencia con la instalación de nuevos radares, la intensificación de las misiones aéreas sobre el campo oriental de Deir Ezzor (noreste) y el envío de vehículos de combate Bradley para apoyar a las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), milicia armada kurdo-árabe apoyada por EE.UU.
Fuentes afirmaron que alrededor de 100 soldados estadounidenses llegaron con los refuerzos al este de Siria, lo que refleja la intención de las fuerzas estadounidenses de permanecer en Siria durante mucho tiempo, sobre todo tras el inicio de su retirada de algunas de sus bases en Irak y el incremento de la resistencia popular contra su presencia ilegítima.
Los observadores en Damasco (capital siria) consideran que la nueva escalada estadounidense es parte de un nuevo plan destinado a prolongar la guerra y seguir robando las riquezas de este país pese al incremento del rechazo popular a la presencia de EE.UU. y sus herramientas.
Bashar Barazi, Damasco.
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