El representante permanente de Siria ante la sede de las Naciones Unidas en Ginebra (Suiza), Husam al-Din Ala, lanzó el viernes la advertencia en una carta dirigida al jefe del Comité Especial Encargado de Investigar las Prácticas Israelíes que Afecten a los Derechos Humanos del Pueblo Palestino y Otros Habitantes Árabes de los Territorios Ocupados.
En la misiva, exigió que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la comunidad internacional presten más atención a la grave situación de los derechos humanos en los altos del Golán ocupados por Israel, pidiendo una mayor condena internacional de las violaciones “sistemáticas” cometidas por el régimen de Tel Aviv contra los ciudadanos sirios en esta región.
El diplomático sirio también se refirió a los informes del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y el jefe de la Organización Internacional del Trabajo que confirmaron las prácticas discriminatorias y las restricciones injustas impuestas por Israel a los sirios en la zona.
Además, denunció el aumento de construcción de asentamientos israelíes y la transferencia de la población israelí a la zona, así como las violaciones de los derechos de los sirios a la luz del apoyo ilimitado que recibe este régimen del Gobierno estadounidense, que reconoce la soberanía de Israel sobre los altos del Golán, en una medida que viola las resoluciones de la ONU.
“Tales prácticas, como se sabe, están prohibidas por el derecho internacional humanitario (...) y las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU)”, se lee en la carta.
Ala, asimismo, advirtió sobre las peligrosas consecuencias de los intentos del régimen israelí de apoderarse de los recursos naturales de los altos del Golán y de la propiedad de los ciudadanos sirios allí bajo diversos pretextos, incluidos sus intentos de imponer los llamados documentos de propiedad alternativa y planes para un proyecto de turbinas eólicas en tierras de los sirios.
El régimen de Tel Aviv ocupó parte de la meseta del Golán, sita en el sur de Siria, tras la guerra de los Seis Días en 1967, e incorporó ese territorio a su sistema jurídico en 1981, lo que significa una anexión de facto, por lo que muchos países y organizaciones del mundo rechazan dicha anexión.
La ONU, entre otros organismos, ha pedido con insistencia que el régimen israelí ponga fin a su ocupación de la meseta siria.
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