Con el comienzo de la guerra en Siria, el mártir general Qasem Soleimani brindó asistencia al país árabe en su lucha contra los grupos terroristas.
Desde los primeros días comenzó a crear fuerzas paralelas que apoyaban al Ejército sirio. Más tarde fueron conocidas como las “Fuerzas de Defensa Nacional”.
Soleimani tuvo también un papel esencial con su asesoría directa en las batallas de Al-Qusair, en el campo de Homs. Sin olvidar su rol en la derrota de los terroristas en Baba Amr, área que solía ser un centro de mando de los extremistas para invadir la capital, Damasco.
Estuvo presente y supervisó personalmente las batallas del campo noroeste de Damasco, especialmente las batallas de Al-Qalamun. Participó en las batallas de Hama y su campo, e hizo frente a terroristas procedentes de diferentes países del mundo en el conflicto de la costa siria.
Ante el incremento de la amenaza del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), en 2015, se preparó para este combate y libró las batallas del este de Siria y las operaciones de Al-Badia, llegando a la ciudad de Abu Kamal antes de los estadounidenses a pesar de sus desesperados intentos de controlarla.
En el sur de Siria, el Hach Soleimani sembró las semillas de la resistencia popular en los altos del Golán y dedicó su tiempo a la batalla de Daraa, situada cerca del enemigo israelí, que vio con sus propios ojos la derrota de sus mercenarios que fueron aplastados por el Ejército y sus aliados.
Muchas de las contribuciones de este comandante permanecerán en secreto, pero los enemigos las saben bien, por las amargas pérdidas que sufrieron por este símbolo.
Este reportaje no es suficiente para hablar de las victorias alcanzadas por el general Soleimani, pero esperamos que sirva para que los pueblos del mundo sepan algo de los grandes servicios que presentó este hombre para toda la región.
Bashar Barazi, Damasco.
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