“Ahora podemos dormir en paz, la vida se reanudará”, decía este mismo sábado a la agencia francesa de noticias AFP Simon Merei, un damasceno de 32 años de edad, esperanzado con el fin de los ataques de mortero lanzados por los “rebeldes sirios” contra la capital.
Aun así, a última hora del día, han caído varios cohetes en la zona deportiva de Al-Feyha, quitando la vida a un joven e hiriendo a siete personas más, según fuentes policiales citadas por la misma agencia.
Por su parte, la agencia siria de noticias SANA ha informado de la llegada a Arbin de los autobuses que deben trasladar a los combatientes insurrectos hacia la provincia de Idlib, en el norte del país, todavía controlada por grupos armados liderados por el Frente Fath Al-Sham, antes conocido como Frente Al-Nusra —antigua rama en Siria de Al-Qaeda—.
En el momento de emitir su informe la agencia gubernamental siria, varios autobuses estaban ya a punto de salir de Guta Oriental, transportando a 500 hombres armados y a sus parientes.
Ahora podemos dormir en paz, la vida se reanudará”, dice un damasceno de 32 años de edad, Simon Merei, ante la noticia de la evacuación de los “rebeldes” de Guta Oriental.
El acuerdo de evacuación, en cuya facilitación han intervenido representantes rusos, se anunció el viernes y concierne a unos 7000 combatientes el grupo Faylaq Al-Rahman, que deberán abandonar la zona del sur de Guta Oriental que ocupaban, dejando atrás parte de su armamento.
La actuación de esta banda y de la autodenominada Yeish Al-Islam eran culpadas este mismo sábado por medios de “oposición” armada al Gobierno sirio de lo que reconocían ya como derrota en Guta Oriental. Yeish Al-Islam, ubicado en el enclave de Duma, estaba este sábado en negociaciones de rendición con Damasco.
El miércoles, la facción siria de Al-Qaeda conocida como Ahrar Al-Sham se vio obligada a abandonar la estratégica ciudad de Harasta, en el este de Guta Oriental, posibilitando al Ejército sirio un avance definitivo en las operaciones de liberación lanzadas en febrero, tras una serie de ataques a tropas gubernamentales, precisamente desde Harasta.
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