Las operaciones militares turcas en Afrin, en el norte de Siria, completaron su primera semana sin ningún logro significativo sobre el terreno. Las fuerzas especiales apoyadas por la agrupación terrorista Ejército Libre fueron obligadas a retirarse de la mayor parte de las zonas en las que avanzaron durante el fin de semana, en medio de condiciones climáticas severas.
Las operaciones turcas se centran actualmente en los ejes noreste, oeste y suroeste de Afrin, y las fuerzas kurdas muestran una gran resistencia. Fuentes locales anunciaron que más de 5 soldados turcos fueron aniquilados, además de la destrucción de numerosos pertrechos y equipos militares.
Según la agencia estatal de noticias de Siria, SANA, las operaciones militares turcas en Afrin condujeron a la muerte de decenas de civiles e hirieron a otros 200, entre ellos mujeres, niños y ancianos, además de provocar grandes daños materiales en zonas residenciales, mezquitas y sitios arqueológicos.
En paralelo, Turquía pretende expandir sus operaciones para incluir áreas en el norte de Siria, como la ciudad de Manbij. Los observadores consideran que de continuar esta agresión afectaría, sin duda, el proceso político para la solución de la crisis, e incluso el Congreso de Diálogo sirio, a celebrarse los días 29 y 30 de enero en la ciudad rusa de Sochi, además de complicar, aún más, la situación en la región.
Los sirios estiman que la operación turca en el norte del país es una agresión contra su soberanía e independencia y consideran que conllevaría a que Ankara perdiera su rol como garante en la solución política de la crisis.
Bashar Barazi, Damasco.
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