La coalición internacional que trata ahora de parecer una alianza antiterrorista, sabía por lo menos desde agosto de 2012 que los precursores del EIIL, es decir, Al-Qaeda en Irak y el grupo baasista-takfirí Estado Islámico de Irak, junto con otros grupos afiliados a Al-Qaeda, “dominaban la oposición siria”.
De acuerdo con informes de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA, por sus siglas en inglés), la coalición internacional que trata ahora de aparecer una alianza antiterrorista, sabía por lo menos desde agosto de 2012 que los precursores del EIIL, es decir, Al-Qaeda en Irak y el grupo baasista-takfirí Estado Islámico de Irak, junto con otros grupos afiliados a Al-Qaeda, “dominaban la oposición siria”, publicó el sábado “Globalresearch”.
El documento de siete páginas, revela que EE.UU. y sus aliados, conscientes de que el grupo Al-Qaeda en Irak estaba perdiendo su poder entre los años 2009 y 2010, le ayudaron a resucitarse, brindándole todo tipo de ayudas financiera, armamentística y de entrenamiento. Para la denominada coalición anti-Daesh, estos grupos extremistas constituían “un activo estratégico para sus objetivos geopolíticos”, según el artículo.
El ascenso del EIIL no sólo se predijo, sino que fue el objetivo expreso de las potencias occidentales que patrocinan la oposición siria con el fin de oponerse a Al-Asad y contener a Irán. El documento señala que el Occidente conocía que el surgimiento de Daesh tendría graves consecuencias para la estabilidad de Irak, e incluso conllevaría sin duda a la caída de Mosul y Ramadi, capitales de las provincias iraquíes de Nínive y Al-Anbar.
La coalición anti-Daesh estaba al tanto de que la oposición siria tomaba "una dirección sectaria clara", y que "los salafistas, los Hermanos Musulmanes, y Al-Qaeda en Irak son las principales fuerzas que impulsan la insurgencia en Siria".
El artículo agrega que la coalición liderada por EE. UU. que está ahora "luchando" supuestamente al EIIL, apoyó continuamente a una oposición que conocía que era dominada por los extremistas y (grupos) sectarios, a los que describía y sigue describiendo como los "moderados", con el propósito de debilitar al Ejecutivo de Damasco y atenuar la influencia de Irán en la región.
"A pesar de estos hechos" el Occidente, los Estados árabes del Golfo Pérsico y Turquía apoyaban a la oposición mientras que Rusia, China e Irán respaldaban al régimen (Gobierno electo de Al-Asad), según el texto.
El artículo agrega que la coalición liderada por EE.UU. que está ahora "luchando" supuestamente al EIIL, respaldó continuamente a una oposición que sabía que era dominada por los extremistas y (grupos) sectarios, a los que describía y sigue describiendo como los "moderados", con el propósito de debilitar al Ejecutivo de Damasco y atenuar la influencia de Irán en la región.
Desde el inicio de la crisis en Siria en marzo de 2011, EE.UU. y sus aliados regionales y occidentales han jugado un papel activo en atizar el fuego de la insurgencia y violencia, encendida por grupos terroristas.
A mediados de febrero, Estados Unidos y Turquía llegaron a un acuerdo para entrenar y equipar en suelo turco a miembros de la llamada “oposición moderada” de Siria.
Además de Turquía, Arabia Saudí y Catar se han ofrecido para albergar en sus respectivos territorios los campos de entrenamiento de unos 15 mil miembros del autodenominado Ejército Libre Sirio (ELS), al que Estados Unidos califica de oposición “moderada” y Damasco de “terrorista”.
Estos grupos terroristas han cometido ingentes crímenes de lesa humanidad contra la nación inocente siria, matando a cientos de miles de personas.
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